Monday, April 04, 2005

CUIDADO, QUE VIENE EL COCÓ!.

Hace un mes alguién se dedicó a escribir un e-mail tachándome de psicokiller que envió a gente relacionada con la noche madrileña.
Muchos de los que no habeís recibido este correo ya lo conocereís, pues viene publicado en las primeras páginas del NEO2 de este mes.
El e-mail venía firmado por un tal MANUEL HERRAIZ CABAÑIL.
FERDI estuvo indagando por su parte y descubrió que el tal MANUEL era un chico que falleció hace un año víctima de un accidente de tráfico. Por lo tanto era evidente que él no había podido escribir dicho e-mail. Y, ¿quién había sido entonces?.
Nos olvidamos del incidente, pasan las semanas y el mail es publicado en el NEO2.
Al final del e-mail el NEO incluye la dirección de correo de la que procedía dicho mensaje: manusin_8@hotmail.com
Pues bien, esto lo ha visto gente que se ha puesto en contacto conmigo para arrojar más luz sobre el turbio asunto de quién ha podido ser capaz de suplantar la identidad de un muerto para despotricar por internet...
Resulta que el tal MANUEL HERRAIZ CABAÑIL, MANU para los amigos, un chico de Vallecas, de 20 años, era íntimo conocido de MARIETA, de CLAUDIA y de... COCÓ.
COCÓ estaba enamorado de este tal MANUEL y hasta llegó a inventarse que este chico (que tenía una novia llamada LAURA) se lo había montado con él. Cosa que evidentemente es mentira. Como todo lo demás.
Lo chungo es que una vez fallecido este pobre chico COCÓ continuó diciéndo que había tenido un idilio con él. MANU ya no estaba ahí para decir que todo aquello no era verdad...
COCÓ conocé la contraseña de la cuenta manusin_8@hotmail.com, pues él mismo abrió la cuenta con MANU cuando este seguía vivo.
COCÓ al hacer esto, ¿nunca se paró a pensar que tarde o temprano todo saldría a la luz, que él no fué el unico que conoció a ese chico...?. Los que eran amigos de MANU, evidentemente lo flipan...
La historia es taaaan desagradable.
¿Cómo una persona, para ocultar cobardemente su identidad en un e-mail, puede ser capaz de utilizar el de un muerto?...
Esto abre un nuevo dilema moral; ¿Es lícito mandar e-mails desde la cuenta de un muerto si sabes su contraseña?, ¿es esto moral y ético?.